La definición de una computadora
abarca una mayor variedad de artículos que los que comúnmente solemos
referirnos como tal, y en nuestra vida cotidiana de hoy día está presente una
gran cantidad de estos instrumentos sin que estemos necesariamente conscientes
de ello. Dado que su definición puede resumirse como “un dispositivo capaz de
colectar, almacenar, y procesar información siguiendo una serie predestinada de
instrucciones para arrojar un resultado”, tan solo un despertador electrónico
podría caber dentro de ella. Cabe señalar que para haber llegado a tal punto,
las computadoras llevan consigo una larga historia de evolución a la par de
otros campos en el conocimiento humano, progreso que no se ha detenido ni
desacelerado pues somos capaces de apreciar su desarrollo exponencial en esta
época.
Desde que comienza nuestro día
dependemos de varias computadoras para la realización de muchas tareas
rutinarias. Un ejemplo clásico de ello es el despertador, que es un aparato que
depende de una computadora interna para activarse a la hora que se le pide.
Pero el impacto no se reduce ahí; para el mismo fin se pueden utilizar los
smartphones, que cuentan con sistemas que rivalizan a los de una computadora de
escritorio e incluso pueden utilizarse mientras dormimos (antes de “empezar el
día”) al contar con aplicaciones capaces de detectar patrones y hábitos del
sueño.
En mi caso, mi día comienza despertándome
con el sonido de alarma de un celular que aprovecho exclusivamente como
despertador, ya que desde que tengo un Smartphone utilizo esté último para uso
personal. Una vez que logro levantarme de la cama y me aseo, enciendo y reviso
mi teléfono para consultar sí he recibido mensajes de texto o de redes
sociales. También dependo de mi teléfono para dar un vistazo a noticias
internacionales si cuento con él tiempo. Para el desayuno, u otra comida a lo
largo del día, en ocasiones tengo que recurrir al microondas, un aparato que
procesa datos como una computadora.
En cuanto a métodos de transporte
para trasladarme de o hacia a la escuela (o casi cualquier otra parte en
realidad), puedo viajar en ya sea en automóvil familiar, taxi o camión, los
cuales todos son vehículos cuyo funcionamiento depende de hasta cientos de
computadoras. Durante clases, los maestros pueden optar por apoyarse en
proyectores y otros aparatos electrónicos, de igual forma que yo si se me
asigna un trabajo o exposición que lo requiera, sumando el uso de libros
electrónicos y otra bibliografía por Internet. Este último recurso mencionado
lo utilizo no solo para propósitos académicos, sino también para escuchar
música, leer, y entretenerme en general, y accedo a él a través de mi laptop,
donde realizo gran parte de mis actividades relacionadas al Internet, y en
general realmente.
Aunque no solo en nuestro ocio u
obligación debemos pensar en computadoras. En nuestro tiempo y localidad muchos
servicios de los que dependemos están relacionados a sus sistemas, como por
ejemplo las cajas de tiendas de autoservicio, los cajeros en los bancos, y
bases de datos de instituciones de todo tipo. Sería difícil tratar de
replantear nuestras vidas sin la ayuda de estas herramientas, tanto a nivel
individual como social.
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